La recuperación económica que viene registrando España desde hace casi seis años se ha ido traduciendo también en una mejoría de las finanzas de los hogares del país.
Según datos del Banco de España, la riqueza neta de las familias españolas ha venido aumentando año a año desde 2013, cuando cayó a 5,31 billones de euros, y al cierre del pasado ejercicio se situaba en 6,64 billones, un 25% o 1,33 billones de euros más.
Ahora bien, esa recuperación de la situación patrimonial se debe en su mayor parte al aumento del precio de la vivienda, que es el principal activo en que los españoles tienen invertidos sus ahorros.
En concreto, de ese aumento de la riqueza de los hogares de 1,33 billones de euros, 1,079 billones o el 81% se debe a la revalorización de su patrimonio inmobiliario, producido al calor de la recuperación de los precios de la vivienda.
Desde que tocó fondo en 2014, el precio medio de la vivienda se ha incrementado en torno a un 30%, según el Colegio de Registradores.
Detrás de todas estas cifras se esconde también una escasa capacidad de ahorro de los hogares españoles. «Esta diferencia en la forma de acumulación de la riqueza de las familias españolas frente a la de otras grandes economías del área euro se explica por el mayor peso que tiene el componente inmobiliario, que supone el 78% del total del activo en España frente al 65% en el área euro, y el menor peso relativo de inversión en activos financieros», explican los analistas de Analistas Financieros Internacionales un reciente informe.
Y añaden: «Aunque el aumento del valor de la riqueza es sin duda positivo, el bajo nivel relativo de activos financieros de los hogares españoles, reflejo de la baja tasa de ahorro y de la preferencia por la propiedad, es un factor de vulnerabilidad para mantener el patrón actual de consumo frente a un empeoramiento del empleo y de la renta disponible».
Fuente: ABC.