Pocos expertos lo han comentado públicamente, pero más de uno no descartaba que la deuda española a 10 años llegase a ofrecer un 0%, o incluso una rentabilidad negativa, en este escenario sin precedentes.
Esto significa que los inversores estén dispuestos a comprar deuda que en su día emitió el Estado español y que está cotizando en el mercado secundario (donde se intercambian los títulos) sin nada a cambio, o incluso pagando por tenerla. Este miércoles ese hito está más cerca de producirse, ya que el rendimiento del bono español a una década se ha desplomado hasta un nuevo mínimo histórico, en solo el 0,15%.
El apetito por la renta fija está siendo voraz. En solo cinco sesiones, el interés en el bono español ha caído casi 13 puntos básicos; con ello, los inversores han ganado un 1,3% por la subida del precio. Aunque ya venía de atrás. La rentabilidad se contrae en el año nada más y nada menos que 126 puntos básicos (1,26 puntos porcentuales).
El comportamiento es similar en la deuda de otros países. La de Alemania, Portugal o Irlanda también ha alcanzado nuevos mínimos históricos. El rendimiento del Bund, por ejemplo, se ha desplomado hasta el -0,58 por ciento y los inversores ya pagan este miércoles por comprar deuda a una década de Irlanda uno de los que en su día fue denostado a formar parte de los PIIGS (así se llamó al grupo de Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) y que incluso fue rescatado.
En España, cotizan en negativo todas las referencias hasta los 7 años.
La política monetaria de la Reserva Federal (Fed) también ha cambiado. Su presidente, Jerome Powell, rebajó el precio del dinero el pasado 31 de julio por primera vez en 11 años. Y, aunque matizó que este no sería el inicio de un largo ciclo de recortes, el mercado descuenta que se verá obligado a realizar dos nuevas rebajas antes de que acabe el año. La primera, ya en septiembre.
«La mayoría culpa a los bancos centrales como el BCE y el Banco de Japón (BoJ), que están gravando las reservas excesivas de los bancos con tasas de depósito negativas y han hecho que los bonos sean más escasos al eliminarlos del mercado a través de sus programas de compra», señala Joachim Fels, asesor económico global de la gestora de fondos PIMCO.
«Sin embargo, los bancos centrales no son los villanos sino las víctimas de los impulsores fundamentales más profundos que hay detrás de las tasas de interés bajas y negativas», añade.
El experto ya no ve absurdo pensar que los bonos estadounidenses puedan adentrarse también en terreno negativo. Y es que desde que regresó la tensión comercial, los inversores se han refugiado en la deuda de EEUU; su rentabilidad ha pasado de rondar el 2% al 1,65% en el que se mueve ahora.
Fuente: El Economista.