El EINF o lo que se conoce también como reporte de sostenibilidad, se trata de un informe en el que la empresa amplía información declarada en el Informe de Gestión en las Cuentas Anuales con el objetivo de incrementar la confianza de posibles inversores y consumidores.
Constituye el punto de partida en materia de reporting sostenible para muchas empresas en España que, hasta el momento, no publicaban información relativa al impacto que tiene el desempeño de su organización respecto a las cuestiones sostenibles clave a analizar y a incluir en este tipo de informes.
En este sentido, la ley del EINF ha servido como palanca de cambio para que las empresas empiecen a entender y poner en valor el reporting de información no financiera como ejercicio de transparencia hacia sus grupos de interés, tanto internos como externos.
Aunque hay empresas que desconocen todavía la existencia del EINF, así como su obligatoriedad, y otras que lo publican atendiendo al mero cumplimiento legal, muchas de ellas que han entrado en la dinámica de la presentación de esta información han entendido sus ventajas y la importancia de la medición de las acciones sostenibles en sus negocios.
Las organizaciones se han dado cuenta de que ya no sólo deben de hablar de Información no financiera sino de Sostenibilidad, marco mucho más amplio, que implica que se planteen la incorporación de cambios en su Modelo Operativo, estableciendo nuevas funciones y/ o áreas, planteándose la creación de departamentos de Sostenibilidad; nuevos sistemas de Control interno que contemplen no sólo la información financiera sino la no financiera donde se identifiquen, evalúen y supervisen riesgos y controles sobre el proceso de elaboración y reporting sostenible, así como sistemas que permitan establecer una serie de KPIs de sostenibilidad y realizar un seguimiento de estos a través de cuadros de mando y reportings generados.
Cada vez los Órganos de Gobierno incluyen en su diálogo la necesidad de estos cambios en el modelo Operativo de sus organizaciones e incorporan en sus planes estratégicos objetivos de mejora sostenible, así como líneas de acción acordes para conseguirlos, estableciendo evaluaciones periódicas del impacto en sus resultados financieros, derivados de sus acciones en relación a esas cuestiones.
Las recientes regulaciones y las nuevas que están por llegar y que van a ir entrando en vigor, obligan a las empresas a una reflexión profunda sobre como debe ser abordada la sostenibilidad desde todos los puntos de vista. Es un momento clave para empezar a cuestionarse la necesidad de una estrategia sostenible que permita adelantarse a las demandas regulatorias de forma rápida, así como posicionarse como empresas referentes, incrementando su imagen reputacional y alinearse a la demanda social que existe en el momento actual.