El mercado laboral español sigue creciendo con fuerza. Ha perdido un poco en verano, pero todavía mantiene un vigor que le ha permitido crear en el último año 478.800 empleos. Ya ha superado los 19,5 millones de puestos de trabajo, un dato que no se veía desde finales de 2008, poco después de la caída de Lehman Brothers. También hay que remontarse hasta ese momento para encontrar una tasa de desempleo más baja. Entre julio y septiembre cayó al 14,55%, por primera vez en casi una década pierde el nivel del 15%, según la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística divulgada este jueves.
La economía española ya encadena más de cuatro años creando empleo masivamente. La mayor parte de ese tiempo lo ha hecho a un ritmo anual que superaba los 400.000 puestos de trabajo e, incluso, los 500.000 en bastantes momentos. Eso ha permitido que se reduzca el desempleo hasta esa tasa del 14,5% desde un nivel que se acercó al 27% en el invierno de 2013.
«Sí, claro que hay cierta desaceleración», apunta José Antonio Herce, director asociado de AFI, «pero sigue siendo un muy buen dato. Con lo que está pasando fuera de España, Trump, el aumento del precio del petróleo, el fin de los vientos de cola… y pese a esto, el mercado laboral crece al 2,5% anual. Esto muestra mucha fuerza».
Sin embargo, en esa fuerza y esa velocidad es donde él comienza a ver los problemas, por otra parte, viejos conocidos: precariedad y empleo barato, con bajos sueldos, de baja cualificación, consecuencia también de la baja productividad. «El mercado de trabajo se va a dar de bruces con sus problemas estructurales», advierte. «Para nuestras empresas, es más barato contratar con sueldos bajos que invertir en máquinas. Hay que seguir con las reformas y, en cambio, se habla de derogarlas».
ero esa fuerte recuperación no ha cerrado las heridas por el desplome laboral más de 10 años después de su inicio. Esa tasa de desempleo que ronda el 15% difícilmente encuentra comparaciones en el mundo occidental (solo Grecia y su hundimiento ciclópeo).
La EPA, el mejor termómetro para analizar el mercado laboral, arroja muchos más datos en esta misma dirección: el paro juvenil está en el 33%; casi la mitad de desocupados lleva más de un año sin trabajar, es decir, son parados de larga duración, con lo que eso supone para su renta familiar y de mayor dificultad para volver a tener empleo; en más de un millón de hogares nadie trabaja y en 617.200 de ellos no entra ingreso alguno.
Otra herida que tampoco acaba de cerrarse es la población activa, que todavía está lejos del máximo histórico. Los 22,85 millones de personas en edad y disposición de trabajar que hay en España en la actualidad todavía están por debajo del máximo de 23,5 millones de 2012.
Artículo escrito por: El País