España sería uno de los socios europeos más afectados tras el Brexit. Hay más de 16.000 millones de euros en juego en ingresos turísticos y unos 20.000 millones en exportaciones.
En momentos turbulentos, que un socio comercial de la talla de Reino Unido decida cortar lazos con España puede tener un impacto importante en la economía. España será uno de los países europeos más expuestos al impacto de un Brexit sin acuerdo. Hay mucho en juego, principalmente en comercio, turismo e inversiones.
Los viajeros británicos sufragan más del 20% de los ingresos turísticos que registra España al año, más de 16.000 millones de euros sólo hasta octubre. El Gobierno de Reino Unido ha advertido de que, en caso de que no haya un acuerdo de salida, los viajeros no podrían entrar a la UE si su pasaporte vence antes de seis meses tras la visita. Además, existe el temor a que se fije un visado electrónico.
Representantes del sector, como la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, piden al Gobierno que negocie un acuerdo bilateral a nivel aéreo y de tratamiento de los ciudadanos. La cancelación del actual acuerdo de cielos abiertos entre Reino Unido y la UE impediría los vuelos entre ambas partes, lo que podría afectar al 15% del tráfico de los aeropuertos españoles, según estimaciones de Moody’s.
El Gobierno parece estar dando pasos para evitar el caos en el sector. A principios de noviembre, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo anunció que está elaborando un plan de contingencia que otorgue al Ejecutivo la potestad para mantener abierta la frontera española a los viajeros británicos sin necesidad de visado y autorizar los vuelos entre los dos países.
El plan de contingencia también intentará salvar las relaciones comerciales, de las que dependen nada menos que 19.000 millones de euros.
Reino Unido es un destino preferente para las exportaciones españolas. Tanto, que las cadenas productivas de ambos países están fuertemente integradas. Esto quiere decir que hay importación y exportación dentro de las propias cadenas, lo que puede dejar a algunos sectores, como el de la automoción, el farmacéutico o el químico, especialmente vulnerables en caso de un Brexit caótico.
El impacto sobre las empresas españolas podría venir de numerosos frentes. La incertidumbre ante el divorcio ha restado 2,1 puntos al PIB británico, con especial incidencia en el consumo; lo que puede limitar las compras a otros países, especialmente si a los productos importados se les incorpora un arancel, o si éstos sufren demoras por un aumento de los trámites burocráticos. Esto último puede ser crítico para industrias con productos perecederos, como la agroalimentaria. La propia devaluación de la libra, que ayer tocó mínimos en 20 meses, podría encarecer las ventas españolas. En el caso de la automoción, que representa cerca del 30% de las exportaciones españolas a Reino Unido, el sector se enfrenta a cambios en la homologación de los vehículos, divergencias regulatorias y aranceles. El Ministerio de Industria estima que los aranceles a los automóviles podrían alcanzar incluso el 22%.
A menos de cuatro meses para que se consume el Brexit, las empresas españolas -y las europeas- todavía no saben a qué deben atenerse, lo que puede incurrir en pérdidas. Algunas empresas españolas han paralizado sus inversiones ante el futuro incierto.
Las pymes sufrirán más
Tras el Brexit, las empresas más castigadas, advierte el Ministerio de Industria, serán las pequeñas y medianas empresas. Las pymes españolas tendrán que empezar a tratar a Reino Unido, uno de sus principales mercados por comodidad y cercanía, como si fuera un país tercero, algo a lo que no están acostumbradas. Existen unos formularios específicos, normativas técnicas, registros sanitarios… a los que tendrán que hacer frente. Cada empresa tendrá que ver, en función de su sector, cuál es la exposición al riesgo que tiene respecto a Reino Unido, y aquéllas que no lo han hecho nunca, aprender cómo se realizan intercambios con terceros países como China.
Las empresas también tendrán que enfrentarse a un aumento de la morosidad de compañías británicas. Crédito y Caución estima que el aumento de la insolvencia aumentará un 14% en un escenario de no acuerdo, lo que afectará a 2.300 empresas.
Actualmente hay 47 empresas españolas con matriz en Reino Unido. De éstas, una decena son compañías cotizadas (Acciona, IAG, ACS, Telefónica, FCC, Rovi, Grupo Sanjose, Iberdrola, Gestamp y Repsol), según un informe elaborado por Esade para HSBC. Se estima que esos grupos tienen unos 50.000 millones invertidos en el mercado británico.
Otras, como Sabadell o Santander, tienen más del 20% de su beneficio neto en el mercado británico. Y la cifra de empresas susceptibles por el Brexit asciende a más de 250 si se consideran aquéllas con sede en el mercado británico, según datos de la Cámara de Comercio; y a 10.540 si se tiene en cuenta el total de compañías españolas que exportaron a Reino Unido en lo que va de año.
Fuente: Expansión